Angeles Martínez, voluntaria de Médicos del Mundo, que acaba de
regresar de Macedonia y a donde volverá en apenas quince días,
asegura que la presencia de las ONG en los campos de refugiados
albano-kosovares será «necesaria» al menos durante dos meses más, a
pesar de la firma de la paz.
«Es difícil que el repliegue de los desplazados sea rápido y,
además, luego habrá que trabajar en la reconstrucción de edificios
para que los refugiados puedan vivir en mínimas condiciones a
partir del mes de septiembre, cuando empiece a hacer frío», explicó
Angeles Martínez, que forma parte del operativo de Médicos del
Mundo en los campos de Korce. Atención sanitaria a los desplazados
albano-kosovares que se encuentran en los campos de Korce es la
labor que lleva a cabo Médicos del Mundo Balears en Macedonia. En
estos momentos, Médicos del Mundo desarrolla su labor humanitaria
en el campo de Chatron I, que acoge a 4.500 personas, y empezará a
trabajar también en Chatron II, montado por el Ejército francés,
que tendrá una capacidad de entre 5.000 y 15.000 personas, «aunque
si avanza el proceso de paz no llegará a llenarse», dice
Martínez.
Los principales problemas que padecen los refugiados son
enfermedades crónicas, ya que hay muchas personas mayores,
hipertensión, diarreas y, sobre todo, problemas mentales derivados
del conflicto. Según Angeles Martínez, a estos problemas se han
añadido en los últimos días, las quemaduras por el sol que están
sufriendo muchas personas, lo que obliga a los refugiados a
permanecer sentados en las tiendas de campaña. Por eso, uno de los
motivos de mi presencia aquí es iniciar una campaña de recogida de
gorras y filtros solares. Ya hemos tenido contactos con casas
comerciales, que son las que nos pueden hacer grandes
donaciones».
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