Nacido en San Sebastián en 1940, Pedro Meaurio se hizo cargo de la
dirección del aeropuerto de Palma un día tan señalado como el 7 de
julio, San Fermín, de 1979, en sustitución del teniente coronel
Eustoquio Alonso, que falleció recientemente en Palma.
Meaurio conoció la decisión de AENA el pasado viernes, tras ser
avisado urgentemente el día anterior de que tenía que desplazarse a
Madrid: «El director de Aeropuertos, Juan Lema, me notificó que me
iban a sustituir, pero no me indicaron destino alguno, de ahí que
no puedo realizar ningún tipo de declaración sobre mi futuro, pese
a las noticias procedentes de Madrid y de la prensa local de que
voy destinado al aeropuerto de Málaga».
El director de Son Sant Joan se ha convertido en toda una
institución en el sector turístico balear, haciendo gala durante
estos casi veinte años, ni siquiera en Madrid han tenido la mínima
dignidad de que pudiera cumplir este siete de julio los veinte años
en ejercicio en Palma, de su profesionalidad, capacidad de trabajo
y de tener un «don» especial para resolver los problemas que han
afectado al aeropuerto palmesano.
Un funcionario «fiel» de AENA al frente del aeropuerto
de Palma
Mariano Menor Muñoz, de 38 años y natural de Yecla (Murcia), estuvo
hace cinco años en el Departamento de Operaciones de Son Sant Joan,
desde donde pasó a la dirección del aeropuerto de Las Palmas y al
de Málaga, a donde llegó en enero de 1998. Precisamente, su gestión
en Canarias y la Costa del Sol, alabada por los dirigentes de AENA,
es lo que ha propiciado su traslado a Palma, quizás para premiar su
labor y su «fidelización» a las consignas provenientes del propio
ente público AENA. Sin embargo, su retraimiento y falta de conexión
con el sector turístico de la Costa del Sol le ha provocado durante
los últimos 18 meses serios problemas y enfrentamientos, de ahí que
aplausan su marcha.
Curiosamente, la salida de Pedro Meaurio y su posible ubicación
temporal en Málaga es lo que más ha desconcertado al propio sector
aeronáutico español. Tanto desde AENA como del propio sector
turístico se quiere desvincular este «traslado forzoso» de Meaurio
a Málaga del caos que viven los aeropuertos por culpa de los
controladores. Pero al igual que sucedió con la destitución de
Fernando Piña al frente de AENA o del director de Barajas, la
jugada de AENA con Meaurio se enmarca en la estrategia de desviar
la atención de la opinión pública del verdadero problema: el caos
organizativo que hay a nivel de todo el ente público AENA y de la
nefasta gestión del ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado.
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