Hoy será la última noche que los inmigrantes africanos llegados a
Mallorca ante el «boom» de la construcción duerman en Ca l'Ardiaca
ya que será cerrado para proceder a su reforma. Durante tres meses
unos noventa inmigrantes africanos han dormido en el centro,
incluso en tiendas de campaña, ante la imposibilidad de encontrar
un piso de alquiler. Mañana por la mañana tendrán que abandonar el
centro. Los marginados de Ca l'Ardiaca irán a Can Gazà.
Al respecto, Gaspar Aguiló, responsable de Ca l'Ardíaca,
indicaba que se han podido recolocar una treintena de ellos en
pisos alquilados «pero unos 60 se quedarán sin techo donde
cobijarse a partir del jueves». Aguiló señaló que para que los
propietarios hayan aceptado «han tenido que firmar una cláusula
para que sólo puedan habitar el piso los cuatro o cinco a los que
se les alquila el piso porque el problema no viene por impago del
alquiler sino porque (los propietarios) tienen miedo de que se
metan veinte personas y les destrocen el inmueble».
Gaspar Aguiló manifestó que «estas personas (con trabajo y
sueldo) tienen muy difícil encontrar piso», señalando que se trata
de un problema de racismo, apuntando que la solución era la que
propuso Mallorca Solidaria de cesión por parte de Cort de una nave
en Son Rullan «pero que fue rechazada».
Por su parte, Damià Pons, conseller de Benestar Social del
Consell de Mallorca, señaló que no entiende que se inicien obras el
primero de julio en Ca l'Ardiaca, aseveró que todavía no tienen
licencia de obras (algo que debe ser previo a la contratación de
las obras) y manifestó que «lo que quieren es armar un cacao, poner
a la gente en la calle e incitar a que estas personas vayan a
buscar soluciones al Consell y hacerle responsable único cuando
también afecta al Govern y a los ayuntamientos».
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