Tal como se había anunciado, el Ajuntament de Calvià ha aprobado
los nuevos sueldos de los miembros del Consistorio, destacando el
desorbitado aumento de la retribución de la alcaldesa, Margarita
Nájera, con una subida en torno al 55 por ciento. Pero si
escandaloso es el caso de Calvià no lo es menos el de Llucmajor. El
Consistorio gobernado por el PP y ASI fue uno de los primeros en
reunirse para tan importante y urgente cuestión y decidió nada
menos que triplicar el importe de la correspondiente partida
presupuestaria. Tampoco les va a la zaga el Ajuntament de Alcúdia,
con alcalde de UM, que ha aprobado casi doblar los sueldos. O el de
Manacor, con pacto progresista, que también se ha adjudicado una
considerable subida.
Una vez más, la presidenta del PSOE balear, Margarita Nájera,
que ya hizo una campaña electoral prácticamente al margen de su
partido, ha actuado por libre. Mientras el Ayuntamiento de Sevilla,
presidido por un socialista, decidía por unanimidad anular un
acuerdo anterior de aumento de salarios, Nájera ha llevado adelante
su propuesta en contra de la recomendación de la dirección nacional
del PSOE, uno de cuyos portavoces había manifestado que se
mostrarían inflexibles con los cargos municipales con incrementos
superiores al IPC. Veremos dónde está la inflexibilidad del PSOE y
de su secretario general, Joaquín Almunia, que aseguró desconocer
el caso de Calvià, aunque pidió austeridad.
Se puede argumentar que Calvià, Alcúdia, Llucmajor y Manacor
requieren unos equipos de gobierno que se dediquen plenamente a la
gestión de los asuntos municipales, y que deben recibir, por tanto,
una retribución adecuada y digna. Pero los incrementos que se están
aprobando son totalmente injustificados.
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