Desde que en diciembre del año pasado las empresas concesionarias
del servicio regular de autobuses a la part forana tuvieron que
abandonar el recinto del Parc de ses Estacions para instalar las
paradas, de forma provisional, en la calle Marqués de Fuensanta,
los usuarios han visto seriamente deteriorado el servicio.
Frente a la celeridad con que se llevaron a cabo las obras en el
Parc de ses Estaciones "se trabajó a destajo día y noche durante
varias semanas para poder inaugurar el recinto antes de las
elecciones", la futura estación de autobuses sigue en el aire.
Mientras el Ajuntament sostiene que es el Govern quien tiene que
decidir si se ubica en el rehabilitado edificio junto al puente del
tren de Inca o en la actual estación del tren de Sóller, el
presidente del Govern, Francesc Antich, asegura que de momento sólo
se adoptará una solución con carácter provisional, aún sin
determinar, antes de decidir la ubicación definitiva de la futura
estación de autobuses. Así lo comunicó ayer al portavoz socialista
en Cort, Antoni Roig
Mientras las decisiones políticas se demoran, empresarios y
empleados de las empresas de autocares, usuarios residentes o
turistas y algunos propietarios de los comercios de esta calle
siguen esperando la nueva estación.
«Esto es tercermundista, nos tienen en la calle, no puede ser
que en Palma no haya una estación de autobuses, la gente está
despistada, no saben a dónde tienen que ir» opina un empleado de
una empresa de autocares. Las paradas provisionales carecen de
carteles de orientación que ubiquen a los posibles usuarios de
estas líneas. Las únicas señales existentes son las amarillas
dibujadas en la calle que delimitan las parcelas de calle para cada
linea. Algunas empresas han puesto letreros que informan sobre los
horarios de de sus autocares, pero no existen carteles que orienten
al usuario en caso de que desee información sobre otras líneas o
destinos. «Algunos turistas cuando llegan a Palma y se bajan del
autobús comienzan a caminar desorientados, algunos con suerte toman
el camino hacia el centro, otros se van a las afueras de Palma»
agrega un conductor de autobús. Los empleados coinciden en la
opinión de que antes estaban mejor, «por lo menos antes los
usuarios podían ponerse al abrigo del sol y de la lluvia» comenta
un conductor. Efectivamente las paradas carecen de marquesinas y
bancos para los usuaros. Cualquiera que camine por ese trecho de la
calle Marqués de Fuensanta podrá observar a muchas personas que
esperan el autobus sentadas en los portales de los edificios, o en
las aceras.
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