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ADRIANA FERREIRO Desde que en diciembre del año pasado las empresas concesionarias del servicio regular de autobuses a la part forana tuvieron que abandonar el recinto del Parc de ses Estacions para instalar las paradas, de forma provisional, en la calle Marqués de Fuensanta, los usuarios han visto seriamente deteriorado el servicio.

Frente a la celeridad con que se llevaron a cabo las obras en el Parc de ses Estaciones "se trabajó a destajo día y noche durante varias semanas para poder inaugurar el recinto antes de las elecciones", la futura estación de autobuses sigue en el aire. Mientras el Ajuntament sostiene que es el Govern quien tiene que decidir si se ubica en el rehabilitado edificio junto al puente del tren de Inca o en la actual estación del tren de Sóller, el presidente del Govern, Francesc Antich, asegura que de momento sólo se adoptará una solución con carácter provisional, aún sin determinar, antes de decidir la ubicación definitiva de la futura estación de autobuses. Así lo comunicó ayer al portavoz socialista en Cort, Antoni Roig
Mientras las decisiones políticas se demoran, empresarios y empleados de las empresas de autocares, usuarios residentes o turistas y algunos propietarios de los comercios de esta calle siguen esperando la nueva estación.

«Esto es tercermundista, nos tienen en la calle, no puede ser que en Palma no haya una estación de autobuses, la gente está despistada, no saben a dónde tienen que ir» opina un empleado de una empresa de autocares. Las paradas provisionales carecen de carteles de orientación que ubiquen a los posibles usuarios de estas líneas. Las únicas señales existentes son las amarillas dibujadas en la calle que delimitan las parcelas de calle para cada linea. Algunas empresas han puesto letreros que informan sobre los horarios de de sus autocares, pero no existen carteles que orienten al usuario en caso de que desee información sobre otras líneas o destinos. «Algunos turistas cuando llegan a Palma y se bajan del autobús comienzan a caminar desorientados, algunos con suerte toman el camino hacia el centro, otros se van a las afueras de Palma» agrega un conductor de autobús. Los empleados coinciden en la opinión de que antes estaban mejor, «por lo menos antes los usuarios podían ponerse al abrigo del sol y de la lluvia» comenta un conductor. Efectivamente las paradas carecen de marquesinas y bancos para los usuaros. Cualquiera que camine por ese trecho de la calle Marqués de Fuensanta podrá observar a muchas personas que esperan el autobus sentadas en los portales de los edificios, o en las aceras.