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Casi media entrada registró el Coliseo en la corrida de rejones nocturna del jueves. A pesar de la animosidad de los jinetes y lo espectacular de sus ejemplares, se respiraron aires de frialdad en los tendidos.

Presidió en el palco Gregorio García asesorado por Jaume Soler, acertados en sus decisiones. Se guardó un minuto de silencio por la muerte de la abuela de los actuantes hermanos Domecq.

Luis Domecq, vuelta y una oreja. Antonio Domecq, dos y dos orejas y rabo, y Andy Cartagena, ovación y palmas tras aviso.
Se lidiaron cuatro novillos de Martín Arranz y José M. Arroyo y dos, el segundo y sexto, de Hermanos Peralta. En general, distraídos de salida y algunos embistieron a oleadas.

Luis Domecq, que abrió plaza, se topó con un novillo al que tuvo que insistir. Clavó bien los de castigo y con «duende» las banderillas. Animó la actuación al prender muy bien las cortas, pero al acabar con un «meteisaca» no obtuvo trofeo. Acometidas cortas y luego arreones aguantó de su segundo. Se lució en el tercio de banderillas con un excelente par a dos manos. Mató de rejón fulminante.

El primero de Antonio Domecq tuvo mejor son y no escatimó sus dotes de buen jinete en una actuación vibrante, sobre todo en banderillas, clavando al «violín». Mató de rejón certero y de efecto fulminante al segundo de su lote después de un espectacular tercio de banderillas adornándose antes de clavar con rápidos círculos.