La consellera de Sanitat, Aina Salom, apuntó que la negociación se
centrará en una buena dotación económica que tenga en cuenta a la
población de derecho y a los desplazados nacionales y extranjeros,
la insularidad y los compromisos pendientes sobre inversión
sanitaria.
La consellera hizo hincapié en que hasta que no se transfieran
las competencias, el gasto corriente en materia de asistencia
sanitaria pública corresponden al Gobierno del Estado, y anunció
que instará al Insalud a iniciar las obras del nuevo hospital de
Menorca, a crear un centro de salud en Eivissa y otro en Santa
Eulalia y a resolver la falta de comadrona, fisioterapeuta y
pediatra en Formentera.
Salom anunció que realizará una revisión global del Pla de Salut
con la implicación de todos los colectivos del sector y replanteará
los planes de sida y de salud mental, aprobados por el anterior
Ejecutivo, y se pondrá en marcha un plan de residuos sanitarios y,
con «especial rigor» controlará la aplicación de la normativa en
los mataderos, playas y piscinas.
La gestión pública de los hospitales por la que aboga el Pacte
de Progrès «no entraría en contradicción con el mantenimiento de la
empresa Gestión Sanitaria de Mallorca (GESMA), declaró el director
general de Sanitat, Josep Maria Pomar. «Lo que no vemos claro es el
modelo que ofrecen las fundaciones sanitarias», dijo, y expresó su
temor de que, con este modelo, «se caiga en la tentación
privatizadora». «Estamos por la modernización de la gestión y por
un modelo ágil, transparente y público», señaló Pomar y precisó que
«nos preocuparía que el Insalud impulsara nuevas fundaciones en
Balears».
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