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Los efectivos del Ejército que actualmente se encuentran en el Parque Nacional de Cabrera, un destacamento, se retirarán del archipiélago a partir del próximo 30 septiembre, según confirmó a este periódico el Estado Mayor de la Comandancia General de Baleares.

Este repliegue, sin embargo, no será definitivo ya que, textualmente, se pasará «de una presencia militar permanente» a «una presencia militar discontinua y periódica». Esto, en el plano real, significa que el Ejército se retira de la zona , cede el uso de las instalaciones a la Comisión Mixta y al Patronato de Cabrera, pero no cede la propiedad y se reserva el derecho a volver en un futuro.

De esta forma, la Comandancia General de Baleares pretende incluir en el Plan General de Instrucción y Adiestramiento determinadas actividades en la Isla, «respetando siempre los términos del Plan rector de Uso y Gestión del Parque».

Estos términos permiten al Ejército, además inspeccionar las instalaciones, las actividades de adiestramiento militar en la zona hasta el nivel de Compañía, patrullas de reconocimiento, de buceo, de operaciones especiales y todos aquellos despliegues relacionados con planes operativos y apoyo logístico.

También está previsto, según la quinta sección de la Comandancia General, que se puedan realizar marchas, reuniones y seminarios y otras actividades dentro del Plan de Vida de Tropa y para cuadros de mando.

En un principio la solución convence a ambas partes, la Comisión Mixta puede hacer uso de las instalaciones como crea conveniente y se retirará en el caso de que así se lo pida el Ejército.