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En el Gorg Blau hay más moscas que agua, o al menos esta es la sensación cuando se penetra por el reseco pedregal en que se está convirtiendo lo que debería ser el embalse que sirve de depósito de reserva para de agua para Palma y Calvià.

Las cifras que publicaba Ultima Hora en su edición del pasado miércoles ya eran suficientemente gráficas como para imaginarse el panorama desolador que a causa de la sequía puede observarse en la zona de los embalses en la falda del Puig Major, puesto que ya existe el precedente de 1989, año en el que se alcanzó el nivel más bajo de reserva de los embalses desde su construcción, hace 30 años, lo que sirvió de argumento para el reportaje que el desaparecido periodista Jaume Nicolau realizó para «Brisas», con fotos de Tomás Monserrat, que son casi idénticas a las tomadas ayer por la mañana para el presente reportaje.

Se anuncia la posibilidad de lluvias, lo que podría suponer un freno al espeluznante descenso del nivel del agua embalsado, si es que llueve con la regularidad que lo haga posible, aunque bien es verdad que los embalse sólo recogen el cinco por ciento del agua que cae en la isla y que los acuíferos son los de s´Estremera, Son Perot Fiol, Pont d´Inca, sa Font de la Vila, además de los pozos de sa Vileta, Son Serra, Verge de Lluc y sa Marineta. Pero aunque así sea, los embalse de la del Puig Major son el referente visible de la situación general en lo que a recursos hídricos se refiere.