Fageda invitó a salir a un grupo de empresarios de bares de sa Llonja que querían estar presentes en la rueda de prensa. Foto: JOAN TORRES.

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El alcalde de Palma informó ayer de que en los próximos días convocará a vecinos y empresarios de sa Llonja «para discutir el adelanto del cierre de los bares y locales de esta zona».

Joan Fageda confirmó así que el Consistorio renuncia a recurrir la sentencia del TSJB que, en cambio, acatará, aunque «no sin antes intentar buscar el consenso» entre las partes en litigio. No obstante, dejó claro que «si el acuerdo no es posible, el Ajuntament regulará los horarios de manera unilateral».

La limitación tendrá lugar antes del 31 de diciembre, cuando caduca la declaración de zona acústicamente contaminada. En este periodo, Cort también volverá a abrir un expediente para controlar los ruidos y decidir si se prorroga o no la ZAC.

Fageda no quiso pronunciarse sobre unos horarios concretos de cierre, que, en todo caso, se establecerán, probablemente, en función del día de la semana y época del año. El alcalde consideró que la sentencia del TSJB «está muy bien razonada y deja un panorama muy favorable para el Ajuntament, al confirmar su competencia para regular horarios, medida que el tribunal cree ineludible».

Esta decisión municipal choca frontalmente con los intereses de los propietarios de locales de sa Llonja que no están dispuestos a que el cierre de sus locales se adelante «ni una hora», porque algo así «obligaría a cerrar a algunos bares y otros muchos tendrían que prescindir del 50% del personal», según uno de los propietarios.

El presidente en funciones de la Asociación Empresarial de Bares y Restaurantes de sa Llonja, Valeriano Herrero, aseguró que los miembros de esta entidad se sienten «estafados» ante una «imposición injusta, que pone en peligro 300 puestos de trabajo» y anunció que recurrirán la sentencia del TSJB.

Herrero vaticinó que sa Llonja acabará convirtiéndose en «una segunda Gomila», en una zona abandonada y degradada, ya que los empresarios «se verán obligados a vender sus locales y marcharse a otros lugares» y recriminó la poca atención que ya se le presta, «ni siquiera el Pla Mirall ha hecho nada por este barrio», dijo.