La XXII asamblea general de la Federació de Petita i Mitjana
Empresa de Mallorca (PIMEM) se convirtió ayer noche en un foro
reivindicativo del papel de las pymes dentro del tejido
empresarial, político, cultural y social de Balears.
Los discursos del presidente de PIMEM, Tomás Garrido, y de los
presidentes del Govern, Francesc Antich, y del CIM, Maria Antònia
Munar, coincidieron en poner de manifiesto la relevancia de las
pymes en la «afirmación, vertebración y el funcionamiento de la
sociedad mallorquina», tal y como apuntó Munar en el acto de
clausura de la entrega de premios de los Escuts d'Or de PIMEM.
El acto contó con la presencia de una nutrida representación del
mundo empresarial mallorquín, así como de la política, ya que
también asistió el vicepresidente y conseller d'Economía, Comerç i
Industria, Pere Sampol, y parte de su equipo de la conselleria.
Munar fue la más incisiva en su reconocimiento de la PIMEM y el
papel que debe cumplir en los próximos años: «Las pymes han de
contar con el reconocimiento del Govern y del CIM en cuanto a
formación profesional, renovación tecnológica y promoción para
poder aumentar su competitividad».
Dentro de esta tónica, exigió «un plan de gestión integral del
comercio, con el objetivo principal de crear zonas con personalidad
comercial propia, tratando de integrar la actividad comercial en el
marco que conforma un espacio físico y socialmente atractivo,
aprovechando las sinergias entre la zona y la oferta comercial,
todo esto acompañado de una marca corporativa y una gestión
unificada».
El president Antich, que fue quien cerró el acto de clausura,
incidió en la función de las pymes, «que no tienen sólo una función
económica, sino también social y política, ya que están
construyendo país».
Fue este último término el que más utilizó el president del
Govern con el claro mensaje de que Balears «ha de estar en los
puestos de cabeza de Europa y las pymes tienen, en este sentido, un
protagonismo esencial. El Govern es perfectamente consciente de la
importancia de las pymes y abre las puertas de colaboración con la
PIMEM porque es un interlocutor activo, valioso y
comprometido».
El presidente de la PIMEM, Tomás Garrido, previamente había
calentado el ambiente con un discurso bien estructurado y con las
ideas claras del papel y futuro de las pymes dentro del actual
marco del Govern del Pacte de Progrés, de la globalización
económica, el modelo económico que necesita Balears y todo ello
teniendo como punto de referencia al papel que desarrollan las
pequeñas y medianas empresas de Balears.
Los Escuts d'Or fueron entregados por las primeras autoridades a
Josep Lluís Forteza, como presidente durante años del Gremi de
Joiers i Rellotgers de PIMEM; a Julián Puig, empresario de bebidas
refrescantes de PIMEM y propietario de Miret; a Antoni Marquès y a
Santiago Pons Quintana, por la labor desarrollada como presidentes
de la Confederación de PIME-Balears, y a título póstumo a Jaume
Moncadas i Boyeres, quien fuera presidente de la Associació de
Floristes de PIMEM, y que recogió su mujer, Pilar Valls.
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