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Durante mis pasadas vacaciones en Cala Rajada, una noche en que salimos a cenar con el pintor y escultor Gustavo y Regine, su esposa, por cierto, fue a un lugar que les recomiendo, el Lacanda Paraíso, ubicado en un chalé, camino de Na Pedruscada, dirigido por un simpático y eficiente italiano llamado Massimo, conocí a una de las actrices más célebres que hay ahora en Alemania, Ute Mora, a quien la gente del lugar, del restaurante en este caso, no perdió de vista ni un solo instante. Y es que Ute, que junto con su esposo, Chistoph Lindert, actor y doblador de películas, andan buscando casa en Mallorca, isla que conocieron hace diez años y a la que suelen venir dos o tres veces por año, Ute, como les digo, protagoniza desde hace 14 una de las series de mayor audiencia de aquel país "7 millones de telespectadores", Linderstrasse, o historia de una calle en la que ocurre prácticamente de todo, en cierto modo muy parecida a otra serie, que también fue muy celebrada, que emitió TV3. Linderstrasse puede visionarse a las 18.30 horas de los domingos, a través de la ARD, aunque también la emiten otras cadenas locales en otros días de la semana.

Ute, según me contó, pretende encontrar un lugar discreto, en la costa, donde pasar desapercibida ante la colonia "y turistas" alemana, entre la que goza de una enorme popularidad como "ya digo" pude comprobar en el transcurso de la riquísima y exquisita cena.

BORIS Y EL AÑO 2000 Por cierto, hablando de casas de alemanes, Boris Becker está a punto de ver la suya, en Artà, acabada. Me cuentan que ha metido mucha prisa a los constructores pues quiere celebrar en ella, junto a su esposa e hijos, la entrada del año 2000. Y piensa hacerlo, tal como les comenté meses atrás, con una gran fiesta, reuniendo a numerosos amigos y conocidos, entre otros a su gran amigo, e introductor en Mallorca, Karl Uwe Steve, "Charly, le llaman". Por cierto, la casa de Boris tendrá tres piscinas, una para él y su familia, otra para sus invitados y la tercera para los guardeses, y así, cada uno en su agua hará lo que quiera.

Y ya que estamos hablando de las casas que tienen los alemanes en Mallorca "¿es cierto que ya poseen unas 75.000?", me cuentan que otra alemana ilustre, la productora cinematográfica Regina Ziegler "más de 250 películas en su haber, tantas como sombreros posee en su armario, pues dicen que al estreno de cada película producida por ella asiste con un sombrero nuevo", a la que cariñosamente llaman la mujer de rojo, seguramente porque casi siempre viste así, casada con el director, también cinematográfico, Wolf Grin "fue gran amigo de otro célebre director germano, Fassbinder (autor de la serie Berlín, Alexander Plazt, entre otros trabajos)", celebrará las próximas Navidades y entrada del 2000 en su casa mallorquina, ubicada en aquella zona gabellí: «Y no le extrañe nada a usted "me susurró el confidente al oído" que a la fiesta asista Claudia Schiffer, que por lo visto anda loca por hacer cine», cosa que sé que es cierta, pero que si no lo hace será porque no vale, no por otra cosa, y desde luego no por lo que ella declaró hace unas semanas a un periódico londinense: «Si no hago cine es porque los directores me consideran muy guapa», lo cual no es un argumento sino más bien una excusa sin sentido.