Los usuarios se reunieron ayer con el alcalde de Palma, Joan Fageda, para exponerle sus problemas.

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El Mercat de l'Olivar funcionó a medio gas en la jornada de ayer. Un centenar de propietarios de puestos de venta decidieron interrumpir la actividad para ir a visitar al alcalde de Palma, Joan Fageda, y exigirle que se apruebe el proyecto que presentaron la semana pasada y que fue desestimado por la junta de portavoces de los grupos municipales. La Unión de Usuarios todavía no comprenden las razones que llevaron a los portavoces a adoptar tal decisión, ya que admitían que el primer objetivo era el de conservar el concepto de «tradicional» del mercado. Por ello, se colocaba a los tres sectores de productos perecederos en la parte baja y el supermercado, en la parte alta. Ayer, a la una del mediodía, los portavoces se reafirmaron en su decisión y esa es la postura que será debatida en el Pleno de hoy. Sólo el PSM tiene dudas.

«No se entiende como un proyecto, el nuestro, que se aprobó hace bastante tiempo y en el que todos estaban de acuerdo, no salga adelante. Lo que no pueden hacer es ir en contra de la mayoría, porque sería antidemocrático», comentó ayer una vendedora del mercado mientras esperaba, muy enfadada, que el alcalde hiciera acto de presencia.

Un centenar de vendedores, entre los que no estaban los pescaderos, subieron a la primera planta del Ajuntament de Palma para ser recibidos por Fageda. El alcalde no necesitó compañía para hacer frente a la multitud. Les dijo que la culpa no era de Cort, y les reiteró que lo primero que debían hacer era ponerse de acuerdo con el sector de pescaderos. Con respecto a la decisión que se adoptará en el Pleno de hoy, Fageda manifestó que «soy consciente de que no vamos a contentar a todo el mundo, pero en cualquier caso, lo tendremos que aceptar».