El nuevo Govern balear acaba de ofrecer a la ciudadanía lo que debe
ser su tarjeta de presentación: el anteproyecto de los Presupuestos
de la Comunitat para el año 2000, aunque el conseller d'Hisenda,
Joan Mesquida, calificó las cuentas para el próximo ejercicio como
de «transición». Éste será sin duda el examen más importante que
tendrá que aprobar el Ejecutivo de Francesc Antich para demostrar a
las claras que verdaderamente apuesta por un programa de izquierdas
y rompedor con el modelo anterior.
Aunque de momento los datos de que disponemos no son demasiado
explícitos, sí se advierte en el espíritu de este anteproyecto una
intención netamente social. El Govern cuenta para el año próximo
con la nada desdeñable cantidad de 147.000 millones de pesetas,
casi un diez por ciento más que el período anterior. Y sorprende
"gratamente" la idea de dedicar nada menos que el cuarenta por
ciento de esa cifra a la educación.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es el incremento de la
presión fiscal que pretende implantar el Ejecutivo sobre el sector
del juego, lo que supondría una importante inyección económica para
las arcas autonómicas.
El conseller Mesquida aseguró que se produce un aumento
importante por lo que se refiere a las transferencias económicas a
los consells, con la intención de que éstos se conviertan en
auténticos gobiernos de las islas, aunque, evidentemente, esto no
sólo depende de las asignaciones presupuestarias.
De todos modos, haría falta conocer con mayor detalle el
desglose de las partidas de las cuentas de la Comunitat para poder
efectuar una valoración más ajustada de lo que será la realidad.
Por el momento se trata de una declaración de intenciones con
algunos apuntes interesantes e innovadores.
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