Jordi Pujol expresó a la junta directiva del Fomento que entendía el proyecto del Govern de implantar un impuesto turístico.

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El president de la Generalitat, Jordi Pujol, comunicó a la junta del Fomento del Turismo de Mallorca el pasado viernes que estaba promoviendo las inversiones de las cadenas hoteleras mallorquinas en el extranjero, «por su profesionalidad, experiencia y know how», según indicaron fuentes del Fomento.

El propio Pujol solicitó un encuentro con el sector turístico mallorquín para conocer sus inquietudes y visión de futuro de la industria turística, en el transcurso del cual anunció que cuando viaja al extranjero de forma institucional, «me piden que canalice inversiones turísticas catalanas a los países que visito, pero yo les indico a los representantes políticos que se tienen que dirigir a las empresas turísticas mallorquinas porque han demostrado su buen hacer en esta materia en el proceso de internacionalización en el que están inmersas. Balears es una potencia mundial en todos los conceptos y siempre que puedo pongo como ejemplo de iniciativa empresarial a la que realizan las cadenas hoteleras mallorquinas en el mundo vacacional», explicó el propio Pujol a los miembros de la junta directiva del Fomento.

Tras resaltar el papel turístico de las empresas hoteleras mallorquinas, Pujol, a preguntas de algunos miembros del Fomento. anunció que la Generalitat se había planteado hace años implantar un impuesto turístico en Catalunya, «pero lo desechamos por los problemas administrativos que planteaba. En cualquier caso, entiendo y comparto el proyecto del Govern balear por intentar generar recursos para proteger el medio ambiente y las zonas turísticas, máxime cuando el turismo representa más del 80 por ciento del PIB balear».

Tras conocer la postura del Fomento al respecto, Pujol señaló que le parecía inteligente la postura del sector turístico, «porque hay que negociar en todos los sentidos hasta buscar una solución definitiva y lógica. En ningún caso se debe de tratar de una imposición del Ejecutivo balear y mucho menos con cortapisas por parte del propio sector, de ahí que debe de imperar el diálogo y el consenso».