Montecarlo se abre al Mediterráneo.

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TOMEU TERRRASA Y JOAN TORRES Hablar de Mónaco es hacerlo de un pequeño país ganado al Mediterráneo y que el papel couché se ha encargado de hacer popular en los cinco continentes. Mañana tendrá un papel importante el Real Mallorca.

ENVIADOS ESPECIALES A MÓNACO

El viaje hasta Montecarlo se puede hacer por dos vías: la más cómoda, por autopista, y la más espectacular, por la carretera que bordea la costa. Ésta nos ofrece la posibilidad de disfrutar de un paisaje plenamente mediterráneo y de unos escarpados acantilados típicos del sur de Francia.

Con sólo 4'4 Km2 de extensión, Mónaco es uno de los estados más pequeños del mundo. Su población es de poco más de 32.000 personas, de las cuales sólo 5.000 poseen pasaporte monegasco. Sin lugar a dudas, es el país más seguro del mundo, donde la delincuencia no existe, además de un paraíso fiscal con una renta per cápita de 30.000 dólares (cinco millones de pesetas).

La lengua que se habla es el francés, aunque los más ancianos mantienen vivo un subdialecto monegasco que hoy se imparte en los centros de enseñanza.
La historia del Principado se remonta al siglo XIII, más exactamente al año 1297, cuando la familia Grimaldi quitó a Génova aquella porción de tierra, punto estratégico para el comercio. En la actualidad, y desde 1944, es el príncipe Rainiero el que cumple la función de jefe de Estado, auxiliado por un consejo consultivo escogido por sufragio universal cada cinco años. A día de hoy, la población vive pendiente del viejo monarca, que sufre problemas de salud.

La capitalidad corresponde a Montecarlo, la capital mundial del lujo y del glamour; una ciudad ganada al mar, como bien demuestra el estadio Louis II, y que posee una infraestructura de túneles que comunican con uno de los paseos marítimos más populares del mundo, el Boulevard Albert I. Allí es donde se disputa el Gran Premio de Montecarlo de Fórmula 1.