Ayer al mediodía tuvo lugar en el edificio de la Audiencia de Palma
la entrega de credenciales a los diputados y senadores elegidos en
las elecciones del pasado 12 de marzo; credenciales que los
representantes de Balears al Congreso y al Senado deberán entregar
próximamente a la Junta Electoral Central, en donde se les hará
entrega de las correspondientes actas para que puedan así ocupar
sus respectivos escaños en ambas cámaras.
El acto estaba programado para las 13:00 horas, y los
representantes del Partido Popular y del Partido Socialista, únicas
formaciones políticas que han obtenido representación parlamentaria
desde Balears, llegaron, tal como solía ocurrir en los mítines, con
un ligero retraso y con una también ligera sonrisa en el rostro. En
estos inicios del nuevo siglo, ésta parece ser, por cierto, la
cualidad común a los grandes éxitos editoriales, los nuevos
alimentos transgénicos y los programas de los partidos políticos:
la ligereza. Dicho sea todo esto sin ánimo crítico hacia nuestros
novelistas, nuestros científicos y nuestros políticos.
De las lógicas ojeras y rostros cansados de los pasados días de
campaña, nuestros futuros representantes parlamentarios han pasado
a tener una expresión de serenidad que, dicen, sólo suele ser
propia de los grandes sabios, los venerables místicos y los últimos
entrenadores del R.C.D. Mallorca.
Centrándonos, y nunca mejor dicho, en el tema, debemos señalar
que asistieron a la entrega de credenciales, por el Partido
Popular, los diputados Rosa Estaràs, Antonia Febrer y Miguel Àngel
Martín, y los senadores Eduardo Gamero y José Manuel Ruiz. Por el
Partido Socialista, acudieron los diputados Teresa Riera y Albert
Moragues, y el senador Ramón Socías.
En presencia de los candidatos recién electos, los miembros de
la Junta Electoral Provincial de Baleares dieron lectura a los
resultados definitivos de las pasadas elecciones, haciendo constar,
además, que no se había producido ninguna protesta ni presentado
ningún recurso; pasándose, a continuación, a la entrega de
credenciales.
El acto recordaba, de alguna manera, a las entregas de diplomas
para aquellos alumnos y alumnas que han sido, a lo largo del curso
escolar, los más estudiosos y brillantes, es decir, los mejores. Y
entre éstos, uno de los más destacados sería, sin duda, Rosa
Estaràs, quien, a lo largo de ese cursillo acelerado que es una
campaña electoral («aprenda a hablar en público en quince días»),
hizo todos los deberes, aprobó los exámenes con muy buena nota y,
encima, no utilizó «chuletas». En fin. Sin comentarios. Ella misma
fue quien comentó: «Acudo a Madrid con mucha ilusión y respeto,
pues es la primera vez que representaré a Balears en el Congreso de
los Diputados. Además, quienes nos dedicamos a la política, con
independencia del partido al que pertenezcamos, lo hacemos porque
nos gusta hacer este servicio a la gente».
Por su parte, la hasta hace una semana contrincante y hoy, como
ayer, amiga, la diputada socialistaTeresa Riera, dijo: «Con
independencia de los resultados que ha habido para nuestro partido,
voy dispuesta a trabajar por nuestra Comunidad con el mismo ánimo
que hace cuatro años, a seguir en la misma línea para intentar dar
respuesta a los problemas de nuestras Islas».
El diputado popular Miguel Àngel Martínrefirió, con buen humor,
qué significa, entre otras cosas, su nueva labor como diputado:
«Muchos madrugones para poder coger el avión»; hablando ya en serio
señaló: «Como médico espero poder aportar mi granito de arena en
temas relacionados con la salud». Tanto él como Rosa Estaràs
intentarán hacer posible el poder compaginar sus estancias en
Madrid con frecuentes viajes a Palma «para poder detectar así las
necesidades de los habitantes de Balears», indicó la cabeza de
lista del Partido Popular.
Juventud y madurez se dan la mano, una vez más, entre los
candidatos que han sido elegidos para representar a nuestra
Comunidad. La joven diputada popular Antònia Febrer se mostró «con
muchas ganas de trabajar por los ciudadanos de Balears» y también
«un poco nerviosa. Es lógico hasta que no me haya habituado a la
actividad política en el Congreso». Contrastaba esta situación con
la del diputado socialista Albert Moragues: «Ya llevo unos cuantos
años en Madrid. Tras los malos resultados electorales de nuestro
partido, hemos de intentar con el resto de compañeros que nuestra
formación se reencuentre con la gente mediante un mensaje de
ilusión. Espero que seamos capaces de recuperar lo que hemos
perdido. Seremos los responsables, si nuestro partido no acierta,
de que tardemos muchos más años en volver al gobierno».
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