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La Coordinadora d'Estudiants dels Països Catalans (CEPC) fue la organizadora de la Diada Verda a la UIB que tuvo lugar ayer. «La Diada tiene la intención, en general, de conseguir un modelo ambiental más sostenible para el campus», señaló Pere Bueno, coordinador de la jornada, quien también mostró su preocupación por la situación en la que se encuentra el proyecto de ampliación de la carretera de Valldemossa. Entre las demandas concretas del CEPC destacan las siguientes: una mejora de la calidad del transporte público, un carril bici en la carretera de Valldemossa, una reforma global del proyecto actual de carretera, el uso de papel reciclado por las dos caras en el servicio de copistería, la potenciación de actitudes de reutilización y la venta de productos alimentarios de comercio justo. La jornada se inició alrededor de las 9'30 horas con una concentración de estudiantes en la Plaça de Cort para, desde allí mismo, ir en bicicleta hasta el campus de la UIB. Tras su llegada a la Universitat, los entusiastas ciclistas repusieron fuerzas con una merienda ecológica y solidaria. A las 11'30 estaba prevista una plantación de árboles, pero tuvo que ser suspendida al no haber llegado a tiempo los árboles que debían venir de Valencia.

Al mediodía, en el Aula de Graus del Edificio Ramon Llull, hubo una conferencia con las intervenciones de Gabriel Moyà, vicerector de infraestructuras y medio ambiente de la UIB, Ivan Capdevila, coordinador de medio ambiente de la UPC y Salvador Miralles, director general de Mobilitat i Educació Mediambiental. En dicho acto no faltaron referencias a la actualidad más inmediata como, por ejemplo, la situación en la que se encuentra el plan de residuos del Govern.

Sin duda, las actividades más gratificantes tuvieron lugar después de la charla. De hecho, las actividades más gratificantes suelen tener siempre lugar después de las conferencias, de cualquier conferencia. Tras el almuerzo (gratuito para todo aquel que trajera plato y vaso), hubo una gimcana ecológica y un baile popular.