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El consejero delegado de la compañía regional Air Nostrum, Carlos Bertomeu, reconoce que hay problemas en las operaciones de embarque y desembarque en los turbohélices Fokker-50 que operan en los vuelos interislas, lo cual está generando quejas en los pasajeros de estas rutas por las trabas que se ponen en la entrega de las tarjetas de embarque un día antes de la salida del vuelo y en la recogida a pie de pista del equipaje de mano.

El conseller de Transports, Josep Antoni Ferrer, ya ha solicitado a Air Nostrum que solvente estos problemas y el propio Bertomeu, tal y como dió a conocer en Valencia este lunes en la presentación del acuerdo con la empresa canadiense Bombardier, indicó que en un plazo de seis meses «esperamos tener solventados todos estos problemas con la puesta en marcha de un nuevo sistema de entrega de tarjetas de embarque sin asiento preasignado, lo cual facilitará la entrega de las mismas con antelación, y coordinar con Iberia Handling la configuración de un servicio específico para la recogida de equipaje de mano no facturado a pie de avión y no en la terminal. Son cuestiones que se tienen que solventar, pero no a corto plazo por las dificultades que entrañan».

Estas dificultades, principalmente las relacionadas con la falta de espacio en cabina y en la bodega de los Fokker-50, serán solventadas de raíz en el momento en que Air Nostrum incorpore a su flota los turbohélices de Bombardier Dash8-Q300 (52 plazas) y Q400 (76 plazas), que comenzarán a estar operativos en los interislas a mediados de 2001, «desaparecerán todos los Fokker 50 en el período comprendido entre 2001-2003, lo que conllevará la entrada de los turbohélices de Bombardier, que se caracterizan por triplicar la capacidad de carga que tienen los Fokker-50 y por ser mucho más rápidos, lo cual mejorará la calidad del tráfico interinsular».