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El sol brilló ayer en Palma para la festividad del Domingo de Ramos. En casi todas las parroquias se bendijeron los ramos de olivo y las palmas, un acto que revistió singular solemnidad en la Seu. En el palacio episcopal se dieron cita un buen número de fieles, entre los que destacaban niños de corta edad de la mano de sus padres, religiosas y súbditos extranjeros. Las lecturas de bienvenida "en mallorquín, castellano, inglés, francés e italiano" fueron pronunciadas por Paulina Aguirre, secretaria general de las Hermanas Franciscanas Hijas de la Misericordia; Pep Campaner y Tomeu Moll. El obispo, Teodor Úbeda, bendijo los ramos y palmas y acto seguido el canónigo Dionís Sastre leyó el Evangelio según San Marcos. Desde allí se inició la procesión por el Mirador, mientras los fieles entonaban los cánticos propios del día. La mallorquina Isabel Planiol fue la autora del artístico trenzado que lucieron las palmas del obispo y el cabildo catedralicio. En la Seu se celebró el oficio solemne, seguido por miles de fieles. En el claustro de Sant Francesc, el provincial de la TOR, Bernat Nebot, bendijo las palmas en presencia de numerosos fieles y el coro de niños cantores, que intervino en la misa que siguió.