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Pues, saben lo que les digo? Que no hay mal que por bien no venga. El hecho de que la Familia Real no haya podido disfrutar del Fortuna esta Semana Santa "como ya saben, se lo entregan el próximo día 15 de mayo, en Palma", ha beneficiado a gráficos y plumillas, pues con niños pequeños en palacio, y haciendo el tiempo tan bueno que hace, no han tenido más remedio que sacarlos a pasear. Eso mismo sucedió el domingo pasado, cuando los duques de Palma llevaron al pequeño Juan Urdangarín a las regatas, o el Miércoles Santo, cuando la Reina y la infanta doña Elena se dejaron ver con sus nietos e hijo en las instalaciones del Club Náutico de Palma.

Ayer, Viernes Santo, y como quien dice con toda la familia reunida en Marivent "según parece, sólo faltan el príncipe Felipe y el Duque de Palma" la reina, la infanta doña Cristina y el pequeño Juan volvieron a salir. A diferencia de las veces precedentes, en que optaron por el coche, ayer fueron a pie, de paseo, caminando desde Marivent hasta el Auditòrium, donde subieron en un coche que les aguardaba. Fue un paseo tranquilo sobre la acera que discurre junto al mar, a lo largo del cual la Reina y su hija saludaron a cuantos las saludaron "que no fueron pocos, porque ¡Mira, si es la Reina, su hija y su nieto!"; fue un recorrido sin prisas y muy saludable, bajo un sol que en según qué momentos calentó como en cualquier día de agosto y que seguramente hizo que las playas estuvieran más concurridas que en días precedentes.

En dos ocasiones, una llevándolo en brazos, y otra estando sentado en el cochecito, madre e hija "esta en cuclillas" dieron el biberón al nieto e hijo, que como siempre, impasible el ademán, tranquilo pero observador, no perdía detalle de cuanto sucedía a su alrededor.

Poco antes de la una regresaron a Marivent.
Posiblemente mañana, domingo "si es que hoy no ha lugar otra salida" los veremos en misa de Pascua, en la Seu. Como cada año.