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El servicio de Otorrinolaringología de Son Dureta ya ha conseguido que siete personas sordas profundas, la mayoría de ellas niños, consiguiesen oír o recuperar la audición gracias a un implante coclear. Se trata de una técnica que se lleva practicando en el hospital desde hace un año. Detrás del oído se instala un aparato, del que salen dos electrodos, uno de los cuales se coloca dentro de la coclea (produciendo estímulos eléctricos que simulan la audición) y otro externo conectado a un pequeño transmisor-ordenador que procesa la información que es capaz de mandar y enviar a través de la piel.

Al mismo tiempo se ha puesto en marcha, en colaboración con Sanitat, un programa de detección precoz de la sordera con el fin de favorecer que todos los niños que tienen un problema auditivo en Balears, sobre todo los más severos, se puedan beneficiar lo antes posible de un implante coclear para de esta forma afectarle lo menos posible en su aprendizaje del lenguaje. De esta forma y gracias a los implantes cocleares, cada vez hay menos sordos que no pueden oir.

En principio, la mayoría de las sorderas profundas se pueden tratar por medio de esta técnica, señalan los responsables del servicio de Otorrino-laringología del hospital. La incidencia de la sordera profunda bilateral es de 3 de cada 5.000 niños. Los implantes cocleares además de destinarse a estos niños que nacen con esta sordera profunda va dirigida a gente que pierde el oído por distintas causas como puede ser una meningitis.