Son Dureta, con casi toda seguridad y como ya adelantó el año
pasado este diario, implantará la cirugía cardiaca. Es una vieja
aspiración tanto del propio hospital como de los profesionales que
en él trabajan y que ahora han aprovechado la polémica con las
listas de espera para reivindicar con más fuerza este servicio que,
principalmente, daría un mayor prestigio al centro sanitario.
La fuerte presión asistencial que soporta Son Dureta como
consecuencia de la falta de camas hospitalarias públicas en
Mallorca ha impedido a este centro sanitario ejercer, hasta ahora,
como hospital de referencia y de tercer nivel para todos los
ciudadanos de las Islas. Así, proyectos como la cirugía cardiaca o
los trasplantes hepáticos (que según los especialistas ya se
podrían abordar en el hospital dado el volumen existente) están
«congelados» en espera de que la presión asistencial se relaje con
la apertura del Hospital General Son Llàtzer, que no acaba de
llegar, y se puedan «liberar» recursos a estos fines.
Desde hace tiempo Son Dureta tiene ya todo listo para hacer
viable la cirugía cardiaca y sólo falta la luz verde del Insalud.
El debate se ha reabierto coincidiendo con la polémica de las
listas de espera y la expiración del convenio entre la Policlínica
Miramar y el Insalud para hacerse cargo de la cirugía cardiaca. El
servicio de cardiología de Son Dureta reclama este servicio
mientras que Policlínica y la Clínica Rotger optan a hacerse con el
concierto bien sea de forma total o parcial.
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