Jugando a un arriesgado «aquí te pillo, aquí a lo mejor te atropello», una treintena de turistas extranjeros, visitantes peninsulares y nativos insulares se las vieron y desearon con muchos automóviles "lujosos, deportivos y utilitarios", bastantes furgonetas de limpieza y alguna que otra calesa con irascible conductor para contemplar con completa tranquilidad los diez patios señoriales de los barrios árabe, de Sant Francesc y la plaza Quadrado, en el primer recorrido por las más bellas casas nobiliarias palmesanas de los que ha organizado el Ajuntament de Palma desde ayer hasta el próximo día 25.
Alfonso Mulet, licenciado en Historia del Arte y profesor de la materia en la UIB, fue dando a conocer en sus tan expertas como asequibles para el menos ducho en la materia abordada, cómo arcos, escaleras, balaustradas de hierro y piedra, pozos, fuentes, cuadras, portalones de entradas a los estudios y apartamentos de los jóvenes herederos de grandes familias y huertos para el cultivo de productos agrícolas destinados a una futura exportación, fueron siempre elementos arquitectónicos típicos y habituales en mansiones como las de Can Marquès, Can Vivot, Can Morey o Can Zaforteza.
El recorrido cultural por el casco antiguo de Palma se tradujo en visitas a casas nobiliarias de estilo árabe, renacentista, gótico, neogótico, barroco y neoclásico y de edificación datada en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Alfonso Mulet especificó también cómo muchos de los patios nobles visitados habían sufrido diversas transformaciones a lo largo de los años; así, unas, pertenecientes a las mismas familias, habían ido intercambiando entre ellas elementos estructurales y ornamentales, ya fueran columnas, balaustradas o ventanales; otras habían sido tapiadas en su fachada exterior al fallecer el último miembro, posible continuador del linaje aristocrático; y no pocas habían reducido sus amplios patios de entrada a la mansión.
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