Tal vez sea sólo fruto de la casualidad o del hecho de que el
Govern que preside Francesc Antich está empezando ahora a perfilar
sus políticas de futuro, pero lo cierto es que últimamente abundan
las noticias que hacen referencia a asuntos recaudatorios. Primero,
la polémica ecotasa. Y ahora el proyecto de conseguir que los no
residentes que pasan temporadas en las Islas paguen también aquí
sus impuestos. Incluso se habla de ampliar la plantilla de
inspectores de Hacienda con el objetivo de destapar bolsas de
fraude fiscal por parte de esos extranjeros.
Es obvio que un Govern debe preocuparse por buscar fuentes de
financiación, pero corre el peligro de dar la imagen de un
Ejecutivo excesivamente preocupado en recaudar más dinero, cuando
ya cuenta con un presupuesto que debe permitir llevar a cabo toda
una serie de proyectos. Quizá se trate sólo de una cuestión de
marketing y, en ese caso, sería aconsejable que cada vez que se
hable de nuevos impuestos se adjunte información sobre cómo piensa
invertirse ese dinero. Éste ha sido uno de los principales errores
cometidos al hablar de la ecotasa. Desde el primer momento se
debería haber explicado a qué se iba destinar el dinero. De
cualquier forma, hay que apoyar la iniciativa: está muy bien que se
investiguen los posibles fraudes fiscales de los extranjeros, al
igual que se investigan los cometidos por los ciudadanos del país.
No se trata de atosigar a los extranjeros con amenazas e
inspecciones, que podrían empujarlos a hacer las maletas y
marcharse a cualquier otro punto del Mediterráneo, pero es de
justicia evitar que se salven de colaborar con sus impuestos en el
mantenimiento de unas infraestructuras hechas para el disfrute de
todos los que realmenete viven en Balears, sea de forma permanente,
sea como turistas o pasando temporadas más o menos largas.
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