Tal y como estaba previsto, el canciller alemán Gerhard Schröder aterrizó ayer en la base aérea de Son Sant Joan, a las 15.20 horas, en un avión perteneciente a la fuerza aérea de su país. Su mujer, Doris, vino en un avión de la LTU procedente de Hannover que aterrizó en el aeródromo de Palma a las 14.47 horas. El mandatario alemán y su esposa partieron hacia una villa a las afueras de Palma, donde permanecerán hasta el 16 de agosto, pidiendo en todo momento guardar su intimidad .
Por la mañana, Schröder había asistido al oficio religioso que se había celebrado en el pabellón cristiano de la Expo 2000 de Hannover por las víctimas "la mayoría alemanas" del desgraciado accidente del Concorde en París. Tal vez la indiscreción de una amiga de la primera dama puso en antecedentes a los periodistas, que ayer se apostaron en la base aérea de Son Sant Joan para esperar tan ilustre visita. Los controles que se pusieron para burlar la presencia de los medios fueron insuficientes "primero les aseguraron que la llegada sería a las 19 horas; después, ya los apartaron hacia un lugar desde el que era muy difícil tomar buenas instantáneas".
Pasados pocos minutos de las 15.20 horas, la comitiva del canciller salió como una exhalación de la base aérea y enfiló el rumbo que en un principio se preveía. Los automóviles que usaron eran de fabricación alemana (Audi y BMW). Hasta el próximo 16 de agosto, la pareja piensa relajarse y tomar fuerzas como hacen «exactamente» igual tres millones de paisanos suyos que pasan sus vacaciones aquí. Según comentó ayer el cónsul alemán en Mallorca, Peter Christian Hauke, durante las primeras semanas, el canciller y líder del Partido Socialdemócrata pretende descansar, así como recuperarse del duro golpe que ha supuesto el accidente del Concorde en París.
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