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Fiesta en Can Prohens
Onofre Prohens y Basilio Escudero celebraron su tradicional fiesta de verano en su casa de Son VIda, a la que asistieron numerosos invitados. Fue una fiesta andaluza. O al menos eso se pretendió, pues se rogó a los invitados que asistieran de faralaes, ellas, y de corto, ellos, pero como suele ocurrir siempre, ellos "nosotros" pasamos del corto. Ellas, en cambio, no.

Ni que decir tiene que en estas fiestas no busquen a Valentino, ni Schiffer, ni Macaya, ni Cisneros "por cierto, están en Palma desde el domingo, ¿con barco nuevo?", sino gente de aquí, famosos, pero deconocidos en el segmento del papel couché. Pero, ¡que más da!, si además se cumple el objetivo: divertirse, pasárselo bien, cenar a la fresca y escuchar buena música, además en directo. A los invitados les dio la bienvenida el Coro Rociero de Mallorca, que a cada día que pasan son mejores y suenan como ángeles; en esos instantes no faltó el Jabugo, ni el pescaíto frito, ni el Jumilla, ni el tinto, ni el cava... Los más lanzados se marcaron un par de sevillanas que para qué les cuento, como Mercedes, la hija de Tin Barceló, vestida de paisano, es decir, sin bata de cola, pero impresionante, o Isabel Roca, o Maite Mateos, que junto con su amiga María Mateos bailaron unas en solitario que se quedaron con el personal.

La cena, servida alrededor de la terraza, frente a la bahía, fue impresionante. Y a continuación, las atracciones, diversas, muy buenas. En primer lugar, actuó el cantaor Salako, acompañado a la guitarra por El Habichuela y al piano por Felipe Campuzano Jr.; siguió Concha del Mar, una magnífica bailarina; José Durán, el mejor doble que ha tenido jamás Julio Iglesias, que encima canta y que nos interpretó un tema de Julio Iglesias; Ohara, bailarina del vientre; Tenon de Te, formación argentino-paraguaya de la que resalta la bellísima voz de Marina Paz; no podía faltar la actuación de uno de los anfitriones, Basilio Escudero, que interpretó dos temas; por último, Gènia, de Els Valldemossa, que cantó el pasaje de Maria Magdalena de «Jesucristo Superstar». En la madrugada se sirvió chocolate con ensaimadas. Fue cuando sonó "tampoco podía faltar" «El rey», interpretado por Juan Ceva.