Es tiempo de compras. Señal de que el verano se acaba. O, como en
este caso, de que se acaba y que encima hay un viaje de por medio.
Sidney. Por eso, tal vez ayer, a mediodía, los duques de Palma
salieron a hacer las compras por la ciudad. Por eso y también
porque a causa de la vista oficial del presidente del Gobierno y
esposa al Palacio de Marivent no hubo salida en barco.
A la hora de esas compras hacía mucho calor, al cual ya nos
estamos acostumbrando este verano. Antes, los duques de Palma
buscaron un lugar en la sombra, en la Plaça des Mercat, donde
guarecer el pequeño coche de color rojo, a cuyo cuidado se quedaron
tres escoltas, más otros dos que se apostaron sobre la plazoleta en
obras. Y ellos fueron los que delataron la presencia de «alguien»
de Marivent, porque si no, ¿por qué tanta vigilancia en aquel lugar
y a aquellas horas?
Ignoro qué compraron, pero no fue mucho a tenor del tamaño de
las bolsas que portaban al regresar. La infanta Cristina también
parece llevar muy bien el embarazo, lo cual se traduce en
tranquilidad para el duque, que debe emprender viaje a Sidney para
participar en los Juegos Olímpicos como miembro de la seleccion
española de balonmano y disputar los últimos partidos oficiales de
su vida, pues al regreso cuelga definitivamente las zapatillas.
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