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«Ahora se ha visto que yo no toqué para nada los 600 millones; que no me quedé ni un céntimo de ellos. Y se ha visto también no sólo el camino que recorrió aquel dinero sino a qué bolsillos o cuentas fue a parar. Y esto no ha sido producto de un informe periodístico, sino de una investigación llevada a cabo por un fiscal suizo que ha aportado, además, toda la documentación que ahora mismo está en el juzgado. Que ya veremos qué pasa cuando el juez mande llamar a todos aquellos que, ya digo, o porque mintieron, o porque callaron, me mandaron a la cárcel».

Mario Conde, que publicó toda esta historia con nombres propios, citas, cheques, trasferencias, etc. en «MC», sin que hasta la fecha nadie le haya replicado, apura sus últimos días de vacaciones en Mallorca. Ayer hablamos con él en una terraza del puerto deportivo de Alcúdia.

"La sentencia que me llevó a la cárcel ponía que no se podía saber dónde estaba el dinero. ¿Cómo no se va a poder saber eso? Habrá que preguntarlo, ¿no? Decía también que ese dinero lo había usado yo, lo cual es falso. Y no sólo eso, que podía probarse también que lo era. Por eso me puse en marcha; puse una denuncia y, afortunadamente, un juez tramitó la comisión rogatoria. Entonces, llegado a este punto, estoy convencido de que yo al decir que iba a demostrar que nada tenía que ver con aquel dinero, la gente podía pensar, o que era un farol mío, que sólo hablaba para la galería puesto que jamás iba a poder demostrar nada respecto a aquellos millones, o que si iba en serio tratando de sacar adelante este asunto, la Justicia suiza nunca iba a mandar esos papeles a causa de presiones. Pero, mira por donde, el caso comenzó a funcionar a toda velocidad, hasta el punto de que tres meses después de que tuviera la condena, aquel juez ya tenía toda la información respecto a que no había cobrado ninguna peseta. Pero resulta que no los podía mandar a España por problemas legales. Estando yo en la cárcel, mi mujer viajó hasta allí y le pidió que los enviara, pero no lo logró.

"Sin embargo, sabiéndose la existencia de esos documentos, usted fue a la cárcel.
"Lo sensato habría sido que conociéndose su existencia, el Tribunal Supremo esperara a verlos antes de mandar a alguien, a mí, a la cárcel. ¿Por qué no lo hizo? No lo sé.

"¿Qué sucede entonces?
"Pues sucede que a este fiscal suizo lo ficha la empresa privada y lo sustituye una mujer, que termina la tramitación de los papeles que envía a España, y que hoy, como le he dicho, están ya en el juzgado.

"¿Se puede saber qué dicen esos papeles?
"Pues dicen qué recorrido hace el dinero desde que sale de Banesto hasta donde llega; incluso quién se lo queda. Y es más: estos documentos no sólo dicen que yo no me he quedado con ese dinero, sino que dicen quién se lo ha quedado. Con nombres y apellidos.

Mario Conde apura el cortado. Se coloca las gafas oscuras y, como si pensara en voz alta, sigue con el relato:
"Resulta que dos personas declararon en el juicio de Argentia Trust que no se habían quedado con el dinero, sino que éste había ido a parar a no sé qué extraños personajes. Y por eso fui a la cárcel sin que sirviera para nada la declaración que hice en el juzgado. ¿Que qué conté? Yo declaré que contraté a un señor que se llama Navalón, persona muy conocida en la sociedad española, que se dedica a esto. Y lo contraté para que hiciera un trabajo bueno para mi banco. Este señor me puso un precio y yo acepté, y a raíz de esto se consiguieron unas exenciones fiscales. Pagué y punto. ¿Qué ocurrió después? Pues que este hombre llegó al juicio y dijo que ni por el forro; que conmigo no había pactado ningún precio, ni que había cobrado ni una sola peseta. Pero resulta que en los papeles que llegan de Suiza queda claro que quien cobra es una sociedad panameña cuyo propietario es el señor Navalón.

"¿Quién más ha cobrado?
"El abogado Matías Cortés, para más señas consejero de «El País», con lo cual entiendo por qué este periódico ha estado tan presente en este asunto... que lo ha estado por varias razones: primera, porque un consejero de «El País», que ya falleció, fue a pedir al fiscal Gordillo que no acusara a Navalón en el caso Argentia, lo cual "matiza Conde" el fiscal Gordillo ha reconocido ante el Supremo; y segunda, porque otro consejero de «El País», Matías Cortés, resulta que ha cobrado dinero, si mal no recuerdo 350.000 dólares, que él dice que nada tienen que ver con este asunto. Pero no va a tener más remedio que dar explicaciones, y muy claritas, de por qué concepto le ha llegado este dinero a una cuenta suya, en Suiza, ya que de lo contrario la gente va a suponer que te lo están pagando en función de que eres consejero de un diario en el que te dedicas a vender influencias para proteger a determinadas personas. Y eso, que «El País» tenga dos consejeros involucrados directa o indirectamente en esto, pues le viene mal "y apostilla". Probablemente por esto se entenderá el por qué de los ataques de este medio hacia mí tratando de que fuera condenado por el asunto de Argentia Trust.