La piscina municipal de es Capdellà acogió ayer tarde el acto de
clausura de los cursillos de natación que, como cada verano,
organiza el Ajuntament de Calvià. Cerca de 100 niños trataron de
mostrar ante sus familiares las destrezas aprendidas durante los
dos meses que ha durado la Escuela de Natación.
Algunos de los más pequeñitos, a partir de dos años, no dudaron
en lanzarse al agua y comenzar a nadar a perrito. Los más temerosos
se lo pensaron más, pero acabaron por darse el chapuzón, vigilados
muy de cerca por sus monitores. Los mayores, de niveles rojo y
azul, mostraron su dominio nadando en los cuatro estilos que han
ido practicando a lo largo de julio y agosto. Y, después de los
juegos acuáticos, grandes y pequeños pudieron disfrutar de una
merienda a base de los pasteles preparados por las madres de los
niños.
Jaime Tomàs, coordinador de Deportes del Ayuntamiento, destacó
el éxito alcanzado por esta iniciativa, que en Calvià lleva ya 12
años organizándose. «El único problema que tenemos ahora es
encontrar instalaciones para poder seguir con los cursillos de
natación en invierno. Las piscinas cubiertas de Calvià no son
suficientes para abarcar toda la demanda que tenemos», explica.
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