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La época estival en Mallorca es para la mayoría de sus habitantes un tiempo de ajetreo y estrés. No resulta así para las moradoras de algunos monasterios de clausura de Palma visitados por Ultima Hora .

En el de la Visitación de Santa María, conocido como las Salesas y situado junto al hipódromo, la priora, Amanda Ferrer, señaló que «en verano apenas cambian las actividades normales, pero tenemos más descanso y flexibilidad de horarios. Los dos pilares del monasterio son oración y trabajo. Una de nuestras tareas es la ayuda a cuatro comunidades que tenemos en Àfrica. Dos en Gitega y otra en Ruanda, por lo que admitimos medicamentos y donativos para realizar el envío».

La comunidad está compuesta por 12 monjas y una novicia, María Isabel Quesada. Las salesas son además unas artistas. Lo que ocurre es que no dan abasto para complacer las peticiones de trabajos de bordado a mano o a máquina que realizan las hermanas María Celia Vidal y María Victoria Carballedo y de pintura de María del Carmen Salleras.

En las dominicas, junto a Son Castelló, la priora María Isabel Ribasés señaló que «en invierno se establece dentro del horario un espacio asignado al estudio. En verano se modifica el horario para disponer de más tiempo libre para leer, el recreo y las actividades diarias. Hace años hacíamos trabajos para el exterior, pero ahora no podemos. Acogemos a personas que desean pasar un día de retiro, aunque no participamos en los mismos».