La Asociación Amiticia, que presta servicios de ocio y tiempo libre a personas con discapacidad, cerró ayer la escuela de verano que inició el uno de julio. Durante dos meses y medio el colectivo de discapacitados de Palma de Mallorca ha encontrado en esta asociación la posibilidad de acceder a distintas actividades instructivas.
El inicio del colegio motiva la conclusión de las proposiciones llevadas a cabo por Amiticia. En el período estival el centro ha contado con una presencia diaria de unos 30 discapacitados, que han podido entretenerse mediante excursiones a la playa, a los parques y talleres específicos de manualidades.
El local de la asociación permaneció abierto con servicio de comedor de nueve de la mañana a ocho de la tarde. Este horario cambiará desde el próximo lunes para adaptarse a las condiciones de la nueva temporada. Como apunta una de sus vocales, Nuria Fernández, «la intención que persiguieron los talleres de manualidades, y los que se van a desarrollar a partir de ahora, es presentar todos los trabajos a un rastrillo que se celebrará a primeros de diciembre y recaudar fondos en beneficio de estas personas». Collares, pulseras, artículos fabricados con barro, figuras de plastilina y sal, etc., han sido los elementos que los discapacitados han hecho con sus propias manos. El último taller se dedicó a la elaboración de figuras con forma de caballo. El pasado 31 de agosto Amiticia celebró un acto al que asistieron todos los voluntarios que han participado en el proyecto, así como los discapacitados que acudieron a la escuela de verano.
Nuria Fernández comenta que «para tratarse del primer año que organizamos una escuela de verano, la iniciativa ha sido todo un éxito. Estamos muy satisfechos de la tarea desarrollada, ya que hemos visto que los discapacitados se han divertido y han aprovechado las diferentes actividades que estaban programadas».
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