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Las agrupaciones socialistas han cuestionado en reuniones internas el papel que ha jugado Margarita Nájera como presidenta del PSOE balear. Destacados militantes de base no han sido citados en ninguna ocasión por Nájera para tratar temas relacionados con el partido desde que la alcaldesa de Calvià fue nombrada presidenta en el último congreso. De hecho, algunos militantes han presentado enmiendas a la ponencia política para reclamar que se suprima la presidencia del partido. Argumentan que la presidencia del PSOE, tal y como la ha planteado Nájera durante su mandato, no tiene ningún sentido.

A escasos días para la celebración del congreso quedan pocos argumentos para que Nájera continúe en la presidencia del PSOE balear. Nájera pierde apoyos entre las filas socialistas a medida que se acerca el congreso. Su propuesta de bicefalia interna "un líder para el Govern y otro para el PSOE" no ha tenido ninguna respuesta entre los militantes. Si finalmente Nájera entra en la ejecutiva, la actual presidenta del partido deberá aceptar las tesis de Antich. El presidente del Govern contaría con la presencia de Nájera en la ejecutiva para no dañar la imagen política e institucional de la alcaldesa de Calvià.

Los desencuentros políticos entre Antich y Nájera han sido numerosos durante los últimos meses. El primer encontronazo entre ambos se produjo en las pasadas autonómicas. Margarita Nájera volvió a hacer uso del logotipo de las margaritas en su campaña personal para la alcaldía de Calvià y suprimió las siglas de su partido.

Quizá por este motivo Nájera consiguió en Calvià muchos más votos que Antich, quien pretendía arañar votos para su candidatura autonómica en el feudo de la presidenta del PSOE. De hecho, Nájera ya había apoyado claramente a Andreu Crespí en las primarias celebradas por los socialistas para elegir al candidato al Govern. Nájera y Crespí perdieron frente a Antich. Desde que Antich asumió la presidencia del Govern también se han producido desencuentros entre el jefe del Ejecutivo y Nájera. La alcaldesa de Calvià se mostró contraria a la ecotasa públicamente y se alió con las tesis de los hoteleros.