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El director del Grup Set, Ole Thorson, analizó el desarrollo de las soluciones técnicas en el problema del tránsito desde el punto de vista de la movilidad urbana, las necesidades de peatones y pasajeros y de una ciudad sin coches, pero en el debate posterior celebrado en el Arxiu Municipal de Can Bordils se pudo comprobar que el tema suscita profundas divergencias.

El danés Thorson relató a los presentes que siguieron su intervención que él emplea la bicicleta de su madre para movilizarse en Copenhague. «Claro que aquí, una opción como la que yo utilizo en mi país sería impensable, sencillamente, porque las infraestructuras de una ciudad como Palma no están encauzadas a potenciar esa alternativa de transporte», matizó.

Demetrio J. Peña, que le escuchaba con mucha atención, comentó posteriormente a este diario que «mucho día sin coche, pero nadie repara en el daño enorme que esta jornada le ha hecho al pequeño comercio». Xavier Aguiló, representante de Afedeco, también se quejó de los efectos del «Día sin Coches» en el comercio palmesano y cifró hasta en un 60 por ciento la caía de las recaudaciones debido a que circuló «un 50 por ciento menos de personas en las calles». «No discutimos la oportunidad, o no, de esta medida, porque es una decisión política, pero sí cabe resaltar que desde el punto de vista comercial ha sido muy perjudicial», precisó.

La postura favorable al «Día sin Coches» fue defendida por Soledad Sarabia, representante de Fepae (Federación Palmesana de Asociaciones y Entidades Ciudadanas), quién señaló: «Nosotros, por lo que hemos podido detectar, la gente está contenta por el hecho de que se empiecen a tomar medidas en serio para solucionar el problema del tráfico en Palma. Este día no debe ser un tópico, sino que debe ser el principio de un compromiso por parte de las instituciones para arreglar el tema del tráfico que es caótico».