En un principio las estaciones de servicio de tamaño mediano
tenían reservas para dos o tres días y las que poseen depósitos de
almacenamiento más grande, para cuatro o cinco jornadas. Pero la
posibilidad de que la protesta se prolongara en el tiempo provocó
«psicosis» en los ciudadanos y fueron miles los que se acercaron
hasta las gasolineras para llenar los depósitos de sus
vehículos.
Las colas de coches y los consiguientes problemas de tráfico se
fueron haciendo más evidentes a medida que pasaban las horas y los
problemas de suministro de las estaciones, también. Ninguna tenía
previsto la avalancha de vehículos que finalmente se produjo y
tampoco el colapso circulatorio que generaban las aglomeraciones en
las gasolineras.
En la Part Forana las retenciones fueron más espectaculares ya
que alcanzaban varios kilómetros. Al mediodía, las gasolineras de
Manacor ya no tenían combustible y por la tarde el problema se
trasladó a Portocristo, Vilafranca, Felanitx, Santanyí y Artà,
entre otras localidades. La carretera de Andratx al Port se bloqueó
por culpa de los coches que esperaban, al igual que en s'Aranjassa
y en la carretera de Valldemossa, y a las 19'30 horas, cientos de
vehículos aguardaban turno para entrar en una de las dos
gasolineras situadas en la carretera de Inca a Alcúdia.
Los empresarios mostraron ayer su malestar por la falta de
noticias y, la mayoría de los consultados, aseguraron que venderían
combustible hasta que se les agotara ya que no habían recibido
notificación de guardar las reservas para los servicios públicos
más elementales.
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