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Cuatro asociaciones de vecinos "Son Gibert, Rafal Nou, Rafal Vell y Es Molí" que representan a 25.000 vecinos, anunciaron ayer que están dispuestos a movilizarse «en un plazo corto de tiempo» si el Govern y el Ajuntament de Palma no atienden sus reinvindicaciones. Los representantes de los vecinos calificaron de «obsoletas» las infraestructuras sanitarias, educativas y de circulación.

«La población se ha incrementado, sobre todo, tras la inauguración de la nueva urbanización de Son Gibert, en al menos, 6.000 personas, y nadie en las instituciones públicas parece darse cuenta de ello», dijo el vicepresidente de la asociación Es Molí, Julián Parra.

A esas quejas, se unen otras denuncias presentadas por los vecinos de Son Gibert, una urbanización de nueva creación formada por centenares viviendas de protección oficial, que entregó el Institut Balear de l'Habitatge (Ibavi) en septiembre de 1999.

Afirman que faltan contenedores, vigilancia y control adecuado del barrio por parte de la policía local, dotación de las placas con el nombre de todas las calles y la apertura y mantenimiento del parque público de Son Gibert.

Los vecinos de Son Gibert se sienten marginados por el Ajuntament de Palma, ya que desde su traslado al barrio no disponen de los servicios mínimos indispensables y a los que tiene derecho cualquier ciudadano de Palma.

Parra también denunció el colapso diario de coches que se produce en el camí Salard, que une la carretera de Inca con Sineu, donde «se forman colas tremendas», según denunció el dirigente vecinal.