El presidente de Balears, Francesc Antich, expresó ayer su
confianza en que la Unión Europea reconozca la «situación
desfavorable» que padecen los territorios insulares y adopte
medidas compensatorias.
Antich intervino ayer en Florencia (norte de Italia) en la
asamblea de la Conferencia de Regiones Periféricas y Marítimas de
Europa (CRPM), donde enumeró las dificultades que tiene para la
economía de un territorio su condición de isla.
Tras su intervención, a preguntas de EFE, Antich dijo que el
Tratado de la UE de Amsterdam reconoce la particularidad de las
islas y añadió que «buscamos que tengan un trato especial por su
permanente desventaja en energía, recursos naturales, medio
ambiente y transportes, a pesar de la renta que tengan».
Balears está en contacto con Sicilia, Córcega y Cerdeña, y
espera hacerlo con Malta y Chipre, para avanzar en la definición de
soluciones que desde Bruselas se puedan dar a los problemas
derivados de la insularidad.
Antich, que hace unos días envió una carta a Aznar para pedir su
apoyo ante la UE para conseguir un trato especial para las Islas,
recordó que las islas europeas aportan riqueza, no sólo porque
suelen ser lugares de monocultivo sino también por su condición de
lugar de destino para el turismo, como el caso de Balears, que
recibe a once millones de turistas al año.
En cuanto a la energía, apuntó que producirla en Balears es un
cuarenta por ciento más caro que en el continente y que, en un
momento de liberalización del sector como el actual, es preocupante
que no se puedan recibir compensaciones. En su intervención ante el
plenario de la asamblea de la CRPM, Antich presentó a Balears como
«una comunidad insular española, europea y mediterránea que se
enorgullece de sus señas de identidad» y agregó que sin considerar
la situación de las islas «no se podrá tener en cuenta la dimensión
territorial del continente europeo».
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