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La climatología no ha favorecido en absoluto la temporada de setas en Mallorca. Otros años, en estas mismas fechas, era diferente: la abundancia de setas procedentes de Àvila o de las regiones catalanas era notoria en muchos puestos del Mercado de l'Olivar.

De los esclata-sangs mallorquines, ni hablar. No se les vio ni siquiera en un pequeño cajón. Únicamente vimos unos pocos, eso sí, grandes y hermosos, en el mercado de Santa Catalina, a 9.900 pesetas/kilo. Un precio, como pueden ver, que resulta toda una provocación para los bolsillos de los consumidores más «de a pie».

Volviendo al Olivar, destacar que en el puesto de Frutas Isamel las setas de Àvila se cotizaban a 4.800 pesetas/kilo y los picornells procedentes de Alemania se vendían a 3.800 pesetas/kilo. En otro puesto, las setas Península, tipo rovellons se vendían a 4.975 pesetas/kilo y los picornells autóctonos a 4.500.

El escritor Miquel Ferrà i Martorell comentó que «estas setas pueden ser, a veces, un alimento algo indigesto, del cual no deben abusar los artríticos, gotosos y enfermos del riñón». Con la escasez con que se muestran en los mercados municipales y el precio que observa este producto, ni siquiera muchas personas sanas tendrán la ocasión de degustarlos.