Miles de personas del sector del comercio no acudieron a sus
respectivos puestos de trabajo el pasado martes en protesta contra
el decreto del Gobierno central que prevé aumentar los festivos y
domingos laborables al permitir la libertad de horarios.
Pero, trabajar en domingos, festivos o en horarios distintos a
los habituales no es ninguna novedad para al menos entre 150.000 y
175.000 trabajadores de Balears (entre autónomos y asalariados),
según Rafael Borrás, de Comisiones Obreras.
Ello se deduce de los datos de ocupación del sector facilitados
por el Instituto Balear de Economía, presidido por Antoni Balaguer.
La mayor parte de las personas que cumplen esos horarios trabajan
en el sector turístico (unos 90.000).
Esta problemática se da en contadas zonas del Estado,
fundamentalmente en la costa y no en el interior, donde se legisla
con una perspectiva diferente.
La estructura económica insular, que se basa en la oferta
recreativa y de ocio para los diez millones de turistas anuales que
visitan Balears, hace imposible evitar este sacrificio para los
trabajadores.
Según Borrás, «eso hace que los afectados no puedan compaginar
la jornada laboral con la vida social, ya que los domingos
continúan siendo domingos, y los festivos, festivos».
Borrás lamenta que «este problema no tenga una solución, porque
alguien tiene que hacer ese trabajo». «En todo caso», precisó, «se
ha de negociar a través del convenio colectivo, pero en definitiva,
no queda más remedio que realizar ciertos trabajos los días
domingos y festivos».
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