Rafael Llinar Vallespín, más conocido en el mundo de la vela, en concreto del Optimist, como «Mestre Rafael», recibe esta noche un entrañable homenaje.
Hombre con una amplia experiencia de la vida "fue propietario de una tienda de comestibles, después trabajó trece años como marinero en el C.N. de s'Arenal, es padre de familia y maestro de niños en el arte de la vela", descubrió, hace treinta años, el placer de enseñar a los críos pequeños los secretos del viento y del agua salada.
De sus enseñanzas a bordo de los pequeños veleros Optimist, han salido campeones de España, del mundo y algunas medallas olímpicas. Todo empezó cuando su hijo quiso aprender a manejar el Optimist: «De acompañarlo y llevarlo al Portitxol, empecé a aficionarme y me fui introduciendo en todo ello», recuerda Rafael. En el Portitxol estuvo 15 años y después empezó en s'Arenal "aunque también ejerció como «Mestre» en Palma.
Nunca sus motivaciones fueron económicas: «No era el dinero, era la satisfacción de ver a los niños aprender y disfrutar... y luchar en el mar como jabatos». Se trataba, pues, de que los pequeños el día de mañana «fueran personas de provecho». «Mi mejor premio», reconoce el Maestro, «es haber podido enseñar a los niños y haberles introducido en el mundo de la vela».
Persona honesta, educada, trabajadora, quienes le conocen resaltan que era severo cuando llegaba la hora de trabajar y de hacer las cosas bien. Ha enseñado a los niños la importancia de la amistad, y por ello, hoy a las 21 horas, y en es Molí des Comte, los padres de regatistas de la clase Optimist, la Federación Balear de Vela y los clubes náuticos, han organizado una cena homenaje a «Mestre Rafael».
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