El informe «Juventud en España 2000», que fue presentado ayer,
pone sobre la mesa cuestiones de interés sobre el comportamiento
sociológico de los jóvenes y su evolución en los últimos años. Uno
de los puntos destacados del mismo es el ligero descenso que
experimentan las actitudes xenófobas, algo de lo que debemos
congratularnos, aunque todavía queda mucho por recorrer si tenemos
en cuenta que un 30 por ciento cree aún que la inmigración
representa un problema a nivel racial. Evidentemente, habría que
conseguir que esa cifra descendiera a la nada más absoluta en un
mundo cada vez más global que tiene que tener como trasfondo
necesario la tolerancia.
Por otro lado, también reviste importancia el aumento de las
creencias de los jóvenes en profetas, mesías y horóscopos, lo que,
según los responsables del estudio, puede suponer en un futuro un
problema ya que se incrementarían las posibilidades de que fueran
captados por sectas destructivas. Por ello, sería preciso acometer
las acciones necesarias en el terreno de la prevención y de la
educación para evitar el arraigo de estos grupos y, naturalmente,
los perjuicios que éstos causan a la juventud. También se registra
un aumento de la utilización de las nuevas tecnologías en
detrimento de la literatura y la prensa. Si bien es lógica y
necesaria su implicación en los nuevos sistemas, sería preciso que
se incentivara un aspecto tan fundamental de la formación como la
lectura.
El panorama cambiante no ya sólo de los más jóvenes, sino de la
misma sociedad en la que están inmersos, hace necesario que se
realicen estudios como este, pero después, las autoridades debieran
realizar cuanto esté en su mano para controlar y evitar muchos
problemas que pueden surgir en un futuro próximo.
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