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El 80 por ciento de la flota pesquera de arrastre de Mallorca, la correspondiente a las Cofradías de Palma, Sóller, Andratx y parte de la de Alcúdia, permaneció ayer amarrada al puerto para protestar por la actitud del ministro del sector, Miguel Arias Cañete, que se ha negado a recibir a la parte del sector que se mostró en contra del acuerdo firmado para acabar con el conflicto del carburante.

Hace unas semanas, la Federación Nacional de Cofradías de Pesca firmó un acuerdo con el Gobierno central por el cual los pescadores ponían fin a sus protestas y, a cambio, recibían una serie de medidas fiscales que compensaban las pérdidas económicas derivadas de las continuas subidas del combustible. El problema surgió cuando algunas cofradías, como la de Catalunya, País Vasco, Cantabria o la propia de Balears, se quejaron de falta de transparencia de su organización nacional y se mostraron en contra del acuerdo suscrito. Fue entonces cuando los «descontentos» crearon una plataforma para, saltándose a la Federación Nacional, negociar directamente con el Gobierno.

Sin embargo, el Ejecutivo central dio como buena la primera negociación y, hasta el momento, se ha negado a recibir a la nueva plataforma, por lo que sus integrantes decidieron amarrar la flota durante un día como forma de protesta. El problema principal que tienen los pescadores, que no se han visto afectados por la subida de carburantes de Repsol y que tenían programada esta protesta desde hace días, es que algunos puntos del acuerdo aún no están desarrollados y pretenden que estos, una vez cerrados, favorezcan a sus intereses.

«Hasta ahora lo único que tenemos claro es la bonificación del 50 por ciento en las cuotas de la Seguridad Social y, sinceramente, no nos compensa, ya que la subida se cuantifica en los barcos de arrastre en unas 100.000 pesetas semanales y la bonificación supone unas 20.000 pesetas», aseguraba un portavoz de la cofradía de Palma.