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La reunión celebrada ayer en Madrid por los técnicos de la Conselleria de Medi Ambient del Govern y los del ministro Jaume Matas distanció aún más las posturas de ambas partes sobre el tema de las desaladoras y la política sobre la obtención de agua que ha de seguir la Comunitat.

Según pudo saber este diario, el Ministerio de Medio Ambiente presentó ante la delegación balear, encabezada por el director general de Recursos Hídricos, Antoni Rodríguez, una propuesta «a largo plazo» para «resolver los problemas del agua en las Islas, como mínimo, en los próximos 30 años». La proposición incluía «dinero suficiente» para hacer frente a las necesidades hídricas de Balears, según confirmó la fuente consultada por este diario. La propuesta, sin embargo, fue rechazada de plano por los representantes de Balears con el argumento de que el objetivo de las fuerzas políticas que conforman el Pacte de Progrés es evitar, en la medida de lo posible, la construcción de nuevas desaladoras.

Esa perspectiva totalmente antagónica sobre un mismo problema causó momentos de gran tensión en la reunión. De hecho, Medi Ambient suspendió ayer por la tarde la elaboración de un comunicado oficial sobre lo tratado, y la portavoz sólo dijo que «en Madrid no se cerró ningún acuerdo, todo sigue abierto y las negociaciones continuarán». La propia consellera Margalida Rosselló había advertido en una rueda de prensa celebrada el pasado lunes que el Govern «no iba a permitir que el señor Matas inaugurase desaladoras de aquí a las elecciones», e insistió en que el tema del déficit del agua en las Islas «merecía un análisis mucho más detenido». Rosselló, de esa manera, opinaba todo lo contrario del president Francesc Antich, que ayer insistió en que se harán las desaladoras que hagan falta, «porque hay que tocar con los pies en el suelo». Antich había aceptado la construcción de dos desaladoras fijas, una en Andratx y otra en Alcúdia.