Elke Sommer causó furor durante el estreno en el Astoria.

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Este domingo, y dentro del proyecto Futurisme, Imatge i Realitat del Turisme a les Illes Balears que promueve la Conselleria de Turisme se reestrenará, en el Teatre Principal de Palma, «Bahía de Palma», una película Joan Bosch, protagonizada por Arturo Fernández, Elke Sommer, Cassen y Tere del Río y rodada en escenarios naturales como Palma, Santa Ponça, Valldemossa, Formentor o Andratx en junio de 1962. Con este acto se pretende conmemorar el centenario del turismo en las Illes, un fenómeno que nació con los viajeros ilustrados y que conoció su boom en la década de los 60.

«Bahía de Palma» se enmarca en plena explosión de este fenómeno y, en su día, su máximo atractivo consistía en ver a la despampanante Elke Sommer ataviada con biquini, una pieza que habían puesto de moda las turistas europeas y que la autoridad franquista se encargó de censurar. Como era el primer dos piezas en la historia del cine de España, la tarea de los censores se apreció en los carteles, pero no para echar mano de la tijera, sino de la pintura, ya que convirtieron en bañador (y en vestido, en la entonces puritana Sevilla), el biquini que tan bien sentaba a la actriz alemana.

La película se estrenó en Palma, el 4 de diciembre del mismo año en que se grabó, con la calificación de «4», o sea, que se consideraba «gravemente peligrosa y desaconsejable para todos los públicos» por las autoridades eclesiásticas. Por este motivo, además de Arturo Fernández, Elke Sommer o Cassen, los mallorquines que acudieron en masa a la gala en el desaparecido cine Astoria se encontraron apostados, en la entrada, a agentes de la Guardia Civil que controlaban la edad de los espectadores.