Los consejeros de la sociedad balear de garantía recíproca ISBA
acordaron ayer, por mayoría, abstenerse de presentar acciones
legales en contra de la gestión del anterior equipo directivo por
la participación que tuvieron en las presuntas irregularidades del
caso «Squashbol», según confirmó el presidente de esta empresa
semipública, Luis Moyá.
El quebranto de 34 millones que sufrió ISBA por esa operación,
según reveló una auditoría, fue considerado ayer un simple «importe
de menos» por la mayoría de los consejeros. Los dos representantes
del Govern balear en la sociedad de garantía recíproca, en cambio,
Sebastià Rexach y José Luis Gil, votaron en contra de esa decisión.
El Govern mantiene el 18% de participación que posee en el capital
social de la entidad.
«Squashbol» es una sociedad que promovía la construcción de un
centro deportivo en Manacor con un préstamo garantizado por Isba,
que contó con diez avalistas mancomunados, responsables todos ellos
de los 150 millones de pesetas, quedando al final el edificio en
manos de Mutua Balear. El informe jurídico realizado el pasado
verano detectó en esta operación algunas irregularidades, con un
quebranto económico cifrado en 34 millones de pesetas.
En la auditoría, que ha afectado a todas las operaciones
formalizadas durante los últimos cinco años, se detectó que el ex
presidente (Juan Coll) y el secretario (Pau Mir) transformaron en
una exoneración a perpetuidad la falta de solvencia de los
avalistas, bloqueándose la recuperación del dinero. Esta operación
se realizó sin el conocimiento de la comisión ejecutiva y consejo
de administración de Isba. Por ello, todas las responsabilidades se
centraban en los dos cargos que firmaron la liberación de las
cantidades.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.