La reforma de la salud mental en Balears no admite más dilaciones y
necesita del entendimiento de todas las partes involucradas para
llevarlas a cabo, especialmente de la Conselleria de Sanitat i
Consum y del Insalud pero sin olvidar a los consells y las
asociaciones de afectados y familiares. Esta es la principal
conclusión que se puede extraer de la «Jornada de análisis de la
Salud Mental en Balears» que tuvo lugar ayer y que contó con la
participación de políticos y profesionales en este campo de la
salud.
Rafael de la Rosa, presidente de la comisión técnica para la
aplicación del Plan de Salud Mental, aprobado por el Parlament en
1998, dio a conocer un informe sobre la situación de la salud
mental en las Islas elaborado por el comité técnico de salud mental
que asesora a la comisión institucional que forman representantes
del Insalud, Sanitat i Consum, la Conselleria de Bennestar Social y
los tres consells.
Se trata de un informe que fija unas prioridades y que se
presentó recientemente a los políticos para que, con conocimiento
de causa, planificaran sus presupuestos para el año que viene. Por
un lado, este informe, pone de manifiesto la necesidad de una mayor
coordinación y, por otro lado, reafirma la necesidad de incrementar
los recursos humanos en la atención de la salud mental en las
Islas. Sobre este último tema, De la Rosa indica que el Plan de
Salud Mental recogía unos ratios óptimos de diez profesionales
(psiquiatras, trabajadores sociales, enfermeras...) del campo de la
salud mental por cada 100.000 personas y en cambio hoy en día estos
recursos se limitan a cinco profesionales, la mitad.
Asimismo incide en la necesidad de potenciar la unidad de
atención a niños y jóvenes ya que cuenta únicamente con dos
profesionales. Sobre las camas de agudos advierte que están mal
distribuidas ya que la mayoría se concentran en Palma.
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