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A nuestra paisana Begoña Fernández Reus, «El País semanal» le dedica gran parte del reportaje que esta semana publica sobre las mujeres legionario. Incluso abre el trabajo "magnífico, dicho sea de paso" con una foto de ella desfilando, Cetme "casi cuatro kilos" al hombro. Pero, ¿quién es Begoña? ¿Por qué ha querido ser novia de la Muerte a cambio de cien mil pesetas al mes?

Pues vean: Begoña, que tuvo una preciosa hija a los 18 años, Antonia, que luego se casó y que posteriormente se divorció, se hizo legionaria por convicción. Nació en Irún, pero de pequeña se vino a vivir con sus padres "la madre es de Biniamar y el padre de Murcia" a Mancor de la Vall. «Vamos, es que a poco de separarse "cuenta el padre" dijo que queria ir a la Legión. Ya ve usted, dónde. Y su hermano dice que no quiere hacer ni la mili».

Begoña, hasta poco antes de dar el paso, trabajó como camarera, «pero eso no le iba "comenta la madre". Ella, desde siempre, había dicho que quería ser soldado, aunque nunca imagine que fuera a entrar en la Legión, pero... bueno, ahí está. Para nosotros es un orgullo».

Como ella no puede desplazarse a Palma las veces que quisiera para ver a su hija, los abuelos y la niña viajan a verla al campamento. «Hace un mes estuvimos quince días. Esperemos que en Navidades pueda venir a casa, de lo contrario iremos nosotros. ¿La niña? Ella estaba un poco preocupada por la niña. Pensaba que tanto tiempo sin estar con ella... pero nosotros la animamos, porque, ¿con quién va a estar mejor que con sus abuelos?».