El recinto que acogerá la nueva estación de autobuses de Palma, al
lado del puente del tren, no ha causado buena impresión entre los
transportistas que usarán cada día la instalación. Ayer, una
quincena de conductores de los autobuses de la Part Forana
realizaron la primera prueba de acceso y aparcamiento en la
estación con sus autocares, pero no se mostraron muy convencidos.
«De momento, es sólo un aparcamiento», indicó Rafael Llompart,
presidente de este colectivo de transportistas, quien hizo hincapié
en la falta de servicios para los usuarios. «Ahora no está en
condiciones para poder operar con normalidad. No tiene marquesinas,
que son muy importantes para resguardarse del frío y del calor. En
un día como hoy (ayer), que amenaza lluvia, los usuarios no tendrán
donde cobijarse. Y si no la acondicionan, los usuarios serán los
primeros que se quejen».
La estación tampoco tiene la capacidad adecuada para albergar a
todos los autocares. «Es pequeña», coincidieron los transportistas.
Según la Conselleria d'Obres Públiques, Transports i Habitatge, un
total de 28 autocares podrán aparcar la estación, pero según se
pudo comprobar ayer serán unos 25. El mayor problema lo tendrán los
autocares articulados, los cuales tendrán que hacer numerosas
maniobras para entrar y salir.
El acceso tampoco será sencillo, pero los chóferes se
manifestaron satisfechos con el proyecto del Ajuntament de Palma de
crear un carril exclusivamente para los autocares en la calle
Eusebio Estada, desde la Plaza de España hasta el recinto de la
estación, lo que facilitará la entrada. José Manuel Sierra,
teniente de alcalde de Gobernación, que también visitó ayer la
estación, así lo comunicó a los transportistas. Además, se
instalará una parada de taxis. Sierra hizo una valoración positiva
de las instalaciones.
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