El sector que más somete sus asuntos a arbitrajes es el de la
construcción en Balears, ya que 7 de cada 10 pleitos corresponde a
resolución de contratos de obra, la liquidación definitiva de la
ejecución y el impago de certificaciones. Con una actividad que ha
generado miles de millones de pesetas en los últimos años, no
siempre promotores y clientes se estrechan la mano al finalizar las
obras contratadas. El servicio de Arbitraje de la Cámara de
Comercio de Mallorca, Eivissa y Formentera ha aumentado casi un 59
por ciento hasta el pasado mes de agosto, con la entrada de 31
solicitudes, lo que supone un porcentaje de incremento del 79 por
ciento con respecto a 1998 y del 59 por ciento en relación a ese
mismo mes de 1999.
El arbitraje es un sistema, reconocido por la Ley, mediante el
cual las personas naturales o jurídicas pueden someter la decisión
de las discrepancias o cuestiones, que surjan entre ellas, a través
de uno o diversos árbitros, siempre en número impar.
Según explicó el presidente de la Cámara de Comercio balear,
Miquel Lladó, «el arbitraje es un instrumento para la rápida
resolución de las controversias por una vía distinta a la
jurisdicción ordinaria y que permite a las partes organizar un
juicio privado más adecuado a sus necesidades e igualmente
ejecutivo». Las cuantías de los asuntos oscilan desde pequeñas
reclamaciones económicas, de 100.000 a 1.800.000 pesetas, aunque la
mayoría de arbitrajes, no obstante, suelen rondar los tres millones
de pesetas.
El aumento de los litigios en el ramo de la construcción se
explica por el elevado crecimiento de este sector en los últimos
años y las diferencias lógicas que pueden existir entre las
personas que encargan la ejecución de una obra y quienes la
realizan, explicó Lladó.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.