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El Ajuntament de Palma ha acordado suavizar las condiciones de la Ordenanza que regulará la apertura de establecimientos públicos en los barrios de la Calatrava, la Catedral, sa Llonja y el Puig de Sant Pere que será aprobada en el próximo pleno municipal. El Gobierno municipal ha aceptado algunas de las alegaciones presentadas por el grupo socialista, el cual había advertido desde un principio que la normativa era tan estricta que impedía en la práctica la instalación de cualquier clase de actividad en dichos barrios.

Uno de los puntos modificados de la normativa era aquel en que se prohibía el establecimiento de locales en calles con menos de siete metros de anchura, distancia que ha sido rebajada a 5 metros.

El PSOE había solicitado también la eliminación de la exigencia de que los nuevos locales debieran disponer de una plaza de aparcamiento por cada diez plazas de aforo. Aunque, el grupo popular no ha aceptado su supresión, sí ha consensuado su reducción, de modo que en el nuevo texto se libera de esta obligación a los establecimientos de menos de 150 metros cuadrados, es decir aquellos a los que antes se obligaba a tener entre una y doce plazas de aparcamiento.

El resto de exigencias prevista se mantiene, como por ejemplo la existencia de una distancia mínima entre los comercios de este tipo o la no implantación y posterior concesión de licencias de actividad a locales en espacios catalogados por Patrimonio como son plazas y locales cercanos a edificios históricos.

Las demás alegaciones presentadas, por parte de la FAAVV y la Asociación de Vecinos de la Seu han sido rechazadas. La primera reclamó la aplicación de la Ordenanza a la totalidad del centro histórico y la segunda reclamó la prohibición de aperturas de bares anexos a sociedades socioculturales. Una vez aprobada la Ordenanza por el pleno se expondrá a información pública.